El pasado 20 de mayo, el gobierno argentino, mediante el Decreto 332/2025 firmado por el presidente Javier Milei y el ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona, disolvió la Unidad de Tareas de Investigación (UTI) creada para indagar el escándalo de la criptomoneda $LIBRA, un activo digital promocionado por el propio Milei en redes sociales el 14 de febrero de 2025, que colapsó causando pérdidas millonarias a inversores. La decisión ha generado críticas y sospechas de encubrimiento, mientras la investigación judicial sigue su curso en el ámbito del Ministerio Público Fiscal (MPF) bajo la dirección de la jueza federal María Servini. Este artículo analiza el contexto de la disolución, el estado actual del proceso y las perspectivas de la causa.
Contexto de la disolución de la UTI
La UTI, creada el 19 de febrero de 2025 mediante el Decreto 114/2025, tenía como objetivo recopilar información sobre $LIBRA para colaborar con la Justicia y el MPF. Operaba bajo la órbita del Ministerio de Justicia y recabó datos de organismos como la Unidad de Información Financiera (UIF), la Comisión Nacional de Valores (CNV), el Banco Central (BCRA) y la Oficina Anticorrupción (OA), entre otros. Según el Ejecutivo, la unidad cumplió su tarea al entregar un informe al MPF, justificando su cierre tras solo tres meses de funcionamiento. Sin embargo, la falta de transparencia sobre el contenido del informe ha alimentado las críticas de la oposición, que acusa al Gobierno de buscar impunidad para Milei y su entorno, incluido su hermana Karina, secretaria general de la Presidencia.
El caso $LIBRA estalló cuando Milei promocionó la criptomoneda en redes sociales, desencadenando una fiebre inversora seguida de un colapso abrupto, calificado por damnificados como un “rug pull” (estafa virtual). La jueza Servini ordenó el congelamiento de bienes de empresarios vinculados, como Mauricio Novelli y Manuel Terrones Godoy, y abrió un expediente reservado para investigar el patrimonio de Javier y Karina Milei, bajo secreto de sumario.
Estado actual del proceso
Pese a la disolución de la UTI, fuentes judiciales confirman que la investigación penal continúa en el MPF, evaluando posibles delitos de estafa, lavado de activos o conflictos de interés. La jueza Servini ha intensificado las medidas, solicitando información financiera sobre los movimientos bancarios de los hermanos Milei y otros implicados. También requirió datos a exchanges de criptomonedas y organismos como la UIF y la AFIP para rastrear flujos de fondos. La Cámara Federal de San Martín ratificó a Servini como titular de la causa, que incluye testimonios de damnificados que invirtieron motivados por la promoción presidencial.
En el ámbito legislativo, la oposición intenta reactivar una comisión investigadora en la Cámara de Diputados, pero el oficialismo, liderado por La Libertad Avanza, ha bloqueado su avance. Diputados como Fernando Carbajal (Democracia para Siempre) y Nicolás del Caño (Frente de Izquierda) han calificado la disolución de la UTI como una maniobra para obstruir la verdad, señalando la falta de imparcialidad de un organismo dependiente del Ejecutivo para investigar al propio presidente.
¿Cómo seguirá la causa?
La investigación judicial avanza en el fuero federal penal, con Servini al frente. La recolección de pruebas incluye análisis patrimonial, movimientos financieros y testimonios de damnificados, algunos de los cuales han iniciado demandas colectivas en Estados Unidos por “promoción engañosa”. La causa podría derivar en imputaciones por delitos económicos si se confirman irregularidades. Sin embargo, la falta de acceso al informe de la UTI y la opacidad sobre los desarrolladores de $LIBRA complican el esclarecimiento.
En el Congreso, la oposición presiona para que la comisión investigadora se active, exigiendo que funcionarios como Cúneo Libarona rindan cuentas. La causa también tiene implicancias políticas: con las elecciones legislativas de octubre de 2025 en el horizonte, el caso $LIBRA podría impactar la imagen del Gobierno, especialmente si surgen nuevas pruebas que vinculen a Milei o su entorno con la presunta estafa.
La disolución de la UTI refleja la tensión entre el Ejecutivo y los sectores que demandan transparencia en el caso $LIBRA. Aunque el Gobierno argumenta que la unidad cumplió su función, la ausencia de información pública sobre sus hallazgos genera dudas. La Justicia, liderada por Servini, continúa su trabajo, pero el camino hacia la verdad enfrenta obstáculos políticos y técnicos. El caso $LIBRA, el mayor escándalo financiero del Gobierno de Milei, promete seguir siendo un tema candente en la agenda argentina.
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