Ignacio Yacobucci, presidente de la Unidad de Información Financiera |
En una clase magistral que dio inicio a la 12a. edición del Programa de Actualización sobre Combate Global del Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo que se dicta en la Universidad de Buenos Aires, el Presidente de la Unidad de Información Financiera, Ignacio Yacobucci hizo una pormenorizada exposición sobre los desafíos de su gestión al frente del organismo antilavado.
Comenzó explicando en qué etapa está la evaluación mutua que realiza el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) cuyos representantes estuvieron en nuestro país hasta fines de marzo. A comienzos de mayo enviarán el primer borrador, luego elaborarán un segundo borrador, en agosto habrá una entrevista con las autoridades argentinas y en octubre se conocerá la calificación de la Argentina en la materia.
Sobre este aspecto indicó que el GAFI evalúa la efectividad del sistema de prevención de lavado y para medir esa efectividad es necesario hacer un análisis del cumplimiento normativo técnico del país. Analiza la fortaleza y la confiabilidad del sistema de prevención de lavado de activos y emite un informe final. “GAFI pone el ojo en la efectividad del sistema”, dijo Yacobucci.
El funcionario analizó la correlación entre los Reportes de Operaciones Sospechosas (ROS) que se reciben y las condenas penales y anticipó que el organismo trabajará para mejorar la efectividad.
Explicó además el impacto y la relevancia que tiene la calificación del GAFI. Sobre este aspecto remarcó que una mala calificación del sistema de prevención de lavado, que diga que no es confiable, termina impactando en la relación que la Argentina tiene con organismos internacionales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la OCDE y el FMI con consecuencias inmediatas tanto en la posibilidad de financiación como en el comercio internacional tanto del Estado Nacional como de los Estados provinciales.
En este sentido, Yacobucci puso especial énfasis en destacar que la necesidad de tener un sistema de prevención sólido es una cuestión de Estado. “Hoy necesitamos jerarquizar más nuestro sistema de prevención, necesitamos mostrar más la importancia que tiene el sistema de prevención, la importancia que tiene a nivel estratégico”, remarcó el titular de la UIF.
Por otro lado, se refirió a la normativa que los abogados deberán cumplir como sujetos obligados en cuanto a la identificación, evaluación, monitoreo, administración y mitigación de los riesgos de lavado de activos. Sobre este tema Yacobucci anticipó su decisión de trabajar con los Colegios de Abogados. “No queremos que la UIF se transforme en una carga pesada para los abogados”, dijo Yacobucci.
Consultado sobre la situación de Rosario y lo que puede ofrecer la Unidad de Información Financiera el funcionario aclaró que “la UIF no es la DEA”. Y añadió: “Algunos pensaron que la UIF iba a ir a romper puertas, a detener gente y a decomisar sustancias. Y la UIF no es eso, no va a serlo ni puede serlo. La UIF puede aportar mucho pero no es la DEA, no es una agencia específica de prevención en materia de estupefacientes. La UIF tiene como misión sustancial y esencial -y esa es su razón de ser- la inteligencia financiera.”
Al respecto indicó que la UIF puede aportar a los fiscales federales todo un basamento para potenciar sus investigaciones. Los informes del organismo antilavado le pueden dar al fiscal un panorama claro y concreto de personas que estén investigando. Sin embargo, aclaró que esos informes son de inteligencia y, por lo tanto, no son prueba. La prueba la debe producir el fiscal a partir de esa información que es relevante ya que, por ejemplo, le puede permitir al representante del ministerio público solicitar rápidamente medidas cautelares respecto de los activos de origen ilícito. “El gran aporte que puede hacer la UIF a lo que es la investigación penal y la lucha contra el narcotráfico es darle un soporte a la teoría del caso del fiscal”, señaló Ignacio Yacobucci.
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